Wednesday, February 11, 2009

LAS NARANJAS CREATIVAS DE MARIO GARCÍA ALZATE Por Libaniel Marulanda

"El máximo logro es poder existir después de doce años. Haber contribuido al desarrollo del dibujo creativo en el departamento y aportar a muchos jóvenes los recursos gráficos y técnicos en esta área, saber que muchos de nuestros alumnos brillan en el panorama de la gráfica colombiana y han ganado premios de importancia en eventos internacionales".

Por Libaniel Marulanda

En el caso de Mario García Alzate, las naranjas cultivadas en la Escuela Buenos Aires, vía a Chagualá, en la Calarcá de los años cincuenta, pasaron de ser cultivos de pancoger para adquirir el estatus de "panleer". El hijo de la maestra y fundadora, expropiaba a la escuelita de los cítricos que luego vendía en la Galería, para comprar las revistas de historietas. Desde esa época, al igual que Mafalda, la de Quino, nuestro personaje se inscribió en el séquito de seguidores del Llanero Solitario y otros tantos vaqueros sin vacas como Roy Rogers.
El acucioso lector, hijo de Doña Alicia Alzate de García, quien a sus noventa y siete años aún conserva su lucidez y tiene en su haber de educadora centenares de calarqueños, el pequeño Mario, bien pronto sacó a relucir sus dotes de gestor y empresario. Por encima de sus innegables capacidades como dibujante y según sus mismas palabras, su mayor acierto en el campo de la comunicación gráfica ha sido el de rodearse de personas, como él, capaces, emprendedoras y, añadiríamos nosotros, con una real vocación por la enseñanza de su arte.
Mario García, a quien le colgaron un segundo nombre que prefiere relegar: Gracián, es un vendedor nato. Confiesa haber sido desde vendedor ambulante, "manero," hasta director de Ventas en Venezuela. Como calarqueño que se respete fue estudiante del Robledo, en donde coronó su bachillerato.
Sólo si se le pregunta, confiesa que nació en Pereira. Tiene a sus espaldas sesenta y tres años y cuenta que vivió en Calarcá hasta los veinticuatro. No se dejó seducir por la burocracia remolona y siestera de las Empresas Públicas y dejó su pueblo para irse a Bogotá, como antesala del período vivido en la hoy República Bolivariana de Venezuela, donde permaneció diez años, al cabo de los cuales regresó en el año 84. Se relaciona entonces con el mundo de la caricatura y de la ilustración, al que ingresa del todo y para siempre, un par de años después, al fundar con el maestro, también calarqueño, Jairo Álvarez, Jairo A, la primera escuela colombiana de ese género, llamada Ideas de Cartón y luego Escuela Nacional de Caricatura.
A la naciente quimera se vincularon entonces destacados cultores de la caricatura, entre los que resulta imprescindible mencionar a Dick Salazar, autor de la tira cómica Locombia, Germán Fernández, Jairo Linares, Diego Toro, y el grupo de caricaturistas que componían el Cartel del humor. Entre los quindianos se vincularon Calarcá (Arlés Herrera), Vlado (Vladimir Florez) y Jarape (Jairo Peláez).


Con ese envidiable cartel, el inquieto calarqueño que solía esperar a que apagaran la luz en el viejo teatro municipal de Calarcá para deslizarse como mico por un poste y pasar del proletario "gallinero" a la cómoda luneta, comenzó a consolidar uno de los proyectos culturales gráficos de mayor trascendencia en el país.
Por aquellos días, otro calarqueño a quien sus amigos llaman Petete y sus detractores, enemigos y acreedores bancarios denominan Carlos Alberto Villegas, escritor y dibujante, fue el primer director de la Escuela Nacional de Caricatura. Hoy Petete reside y dice estudiar en España, desde cuya capital dirige y difunde la revista virtual Termita Caribe, en el ámbito internacional.
Alguna vez le oímos decir al gestor cultural Jorge Mario Salazar que "la cultura ha de hacerse sin ánimo de lucro pero además sin ánimo de pérdida". Tan simple como cierto, que al amparo de ese enunciado sólo es posible dejar obras tangibles sin morir en el intento.
Mario García, desde la lejana época del trueque de naranjas por historietas de Súper Ratón, aprendió a darle a cada peso el estirón de caramelo caliente. Pero no basta con ser buen administrador, saber soñar sin perder el equilibrio o ser "amarrado". Si como artista los quehaceres pueden estar en la estratosfera, como seres dotados de estómago los creadores deben posarse sobre la simple tierra para que los sueños no sólo sean sueños. Y la parte, digamos que prosaica, del asunto estaba para ese entonces virtualmente untada de cagajón de vaca. Sí, en efecto, Mario le revolvía tetas y leche a lo que fue y es su razón de ser como creador e instigador de muñequitos. Su recurso económico real era el procesamiento y mercadeo de la leche, los quesos… En fin, toda una vida láctea.
De la Venezuela, consumista y delirante con el "está barato" de la década del 70, además de su bagaje estético en artes plásticas de la Escuela Martin Tovar y Tovar de Barquisimeto, y el recuerdo de la placidez de un pueblo, Duaca, Estado Lara, donde las todas las casas eran de una sola planta, se trajo a Gina María, su hija nacida allí, maestra de Artes Plásticas de la Universidad Nacional, quien reside y estudia en Buenos Aires, Argentina.
Regresó al Quindío en el año 97, con un proyecto educativo estructurado, serio y coherente. En Calarcá nació la Escuela de Comunicación Gráfica, Taller Dos, de la mano con Luis Fernando Trujillo, conocido entonces como Luky, publicista, historietista, caricaturista y artista plástico: único maestro integral creativo del Quindío en ese campo y ese momento.
Enumerar logros, trabajos, triunfos nacionales y reconocimientos internacionales de alguien tan fundacional como el maestro Mario García, resulta tan largo como imposible dentro lo que pretende ser una crónica. Además, su labor ha motivado tantos ríos de tinta editorial que sería fácil caer en la repetición de la repetidera. Con todo, es ineludible, por lo menos, tocar brevemente los últimos sucesos.
- ¿A su juicio, quienes se destacan y pueden mostrar resultados en el Quindío en esto de la cultura?
- En la actualidad, un buen número de artistas y promotores culturales, como el Centro de Documentación Musical, dirigido por Álvaro Pareja y Martha Cecilia Valencia. En Calarcá, el Taller de Grabado que orienta el maestro Henry Villada. En Armenia, James González Matta con sus eventos nacionales e internacionales de Danza y el recién consolidado Bachillerato Artístico. Martha González, su Fundación Calle Bohemia y la difusión de las artes plásticas. Calarcá también con el Museo Gráfico y audiovisual del Quindío, un desvelo de Luis Fernando Londoño, sin olvidar a Carlos Cañón, director de La Tuna de la Calle y, en Armenia, el Teatro Azul de Leonardo y Jimena.
¿Cuál debe ser prioritario en nuestro departamento: la cultura o el turismo?
-Lo prioritario debe ser la educación. Sólo mediante procesos educativos que aporten a la persona un conocimiento real y cualificado es posible el desarrollo integral de cualquier sociedad. El turismo se presenta como una alternativa económica pero debe someterse a procesos que involucren la comunidad y que ésta sea la primera beneficiada. Debe tenerse cuidado con el desarrollismo que contribuye a agudizar la prostitución infantil y la drogadicción. De otro lado, el arte y la cultura deben generar también crecimiento económico. Ser artista o promotor cultural entrañan la proyección empresarial y pueden coadyuvar a la expansión del turismo.
-¿Luego de tantos logros qué más espera en su vida como maestro y propulsor de la creación gráfica? -
Más por curiosidad que por vocación, me encuentro involucrado en este paseo. Sin embargo, encontré en este medio la posibilidad de poder servir para algo; de encontrar un poco la razón de estar presente en este planeta. Así que contribuir a que unos jóvenes tengan algunas herramientas para salir adelante ya es un premio muy grande para mi pequeño aporte y lo único que espero es hacer lo que hago un tiempo más, para seguir disfrutando de la vida.
- ¿Considera que la Alcaldía de Calarcá ha cumplido, sirve, hace cosas por Taller Dos, o lo ha marginado?
-La cuestión no es el apoyo que se le dé a Taller Dos, se trata del manejo que se le está dando a la cultura del municipio, cuando se han marginado procesos formativos que se vienen realizando desde hace muchos años y que constituyen el patrimonio tangible del arte y la cultura de Calarcá. Instituciones como la Tuna a la Calle, las Danzas de la Casa de la Cultura, el Taller Gráfico del maestro Villada, el Museo Gráfico y audiovisual del Quindío y la Escuela de Dibujo Creativo de Taller Dos, son, entre otros, espacios que cualquier administrador debe convocar, concertar y ayudar a que operen y cumplan con su función en beneficio de la comunidad.
A comienzos del año se conformó un Consejo municipal de Cultura, de manera provisional. Asistió el alcalde a la primera reunión, y ante el subsecretario de cultura municipal, el maestro Marco Antonio Fernández Tello, se comprometió a que no se tomarían decisiones sin la anuencia de ese Consejo. Sin embargo, el subsecretario ha ignorado por completo la palabra empeñada por el alcalde y, por el contrario, nunca ha convocado al Consejo, a tiempo que se dedicó a crear programas dizque de semilleros, dejando a un lado los proyectos pre existentes. Como quien dice, aquí no se ha hecho nada y hay que partir de cero.
Lo peor del problema es que los pocos recursos se gastan de modo intrascendente, cuando la realidad exige que la inversión se haga con imaginación. En suma, es como sembrar una semilla y no volver a echarle agua. Por todo lo anterior, no nos sentimos marginados de la administración municipal: sólo excluidos.
- ¿Cuáles son los últimos y máximos logros de Taller Dos?
- El máximo logro es poder existir después de doce años. Haber contribuido al desarrollo del dibujo creativo en el departamento y aportar a muchos jóvenes los recursos gráficos y técnicos en esta área, de tal manera que pudieran proyectarse y encontrar en esta actividad un recurso para su supervivencia. Es también saber que muchos de nuestros alumnos brillan en el panorama de la gráfica colombiana y han ganado premios de importancia en eventos internacionales. Entre ellos, mencionemos a Juan Carlos Suárez, ganador del Festival Internacional de Caricatura "Ricardo Rendón", en el 2005. Es de recalcar también, el trabajo del caleño Harold Martínez, Tayrona, quien ha obtenido las siguientes distinciones: Primer puesto Festival de Caricatura Altavoz. 2005, Primer puesto (Tema libre) Festival internacional de Caricatura Cartoon Rendon 2005, Mención de Honor X Porto Cartoon 2008 Portugal, Primer puesto festival de Caricatura " Miedo Infantil" XIV Calicomix 2008, Primer puesto categoría "Caricatura" 35 Salao de humor de Piracicaba 2008 Brasil, Prêmio troféu zélio ouro (grande prêmio) 35 Salao de humor de Piracicaba 2008 Brasil y Primer puesto (Tema caricatura) Festival internacional de Caricatura Cartoon Rendon 2008.

Calarcá, 6 de febrero de 2009

ILUSTRACIONES
Mario García. Fisonomía caricatográfica de Villegas.
Obama por Tayrona, Harold Ortiz Sandoval. Premio cartoonrendon
Alumno del Taller Dos de Calarcá

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